En la primera parte de este artículo, te explicábamos el
efecto sicológico que tienen ciertos colores en las personas. Esto es muy
importante a la hora de elegir los colores de las paredes. En esta segunda
parte seguimos explicándote los efectos que los colores tienen sobre las
personas.
El techo representa una sexta parte del espacio en una habitación, pero muy a menudo, sólo recibe una capa de pintura blanca. De hecho, durante años, se ha considerado que el blanco era el mejor color para los techos. Pero también pueden usarse colores, solamente debe tenerse un detalle en cuenta: los techos claros se sienten superiores, mientras que los oscuros dan la sensación de bajar. Bajar no necesariamente tiene por que ser claustrofóbico; si la habitación tiene techos muy altos, pintarlos de color daría una sensación más acogedora. Los colores oscuros hacen que un lugar parezca más pequeño y los luminosos, dan efecto de amplitud y espacio.
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Azul – El color azul hace bajar la presión arterial y
enlentece el ritmo cardíaco y la respiración. Por eso es considerado calmante,
relajante y sereno y es recomendado para dormitorios y baños. Pero sin embargo,
ten cuidado, ya que un azul pastel puede verse muy mal y frío cuando está en
las paredes o mobiliario, sobre todo si es una habitación que recibe poca luz
natural. Si optas por este color como el color primario de un espacio, trata de
encontrar un equilibrio con tonos cálidos en la decoración y telas. Para
fomentar la relajación en las habitaciones donde las personas se reúnen en
familia, salas de estar, cocinas grandes, debes considerar azules más cálidos,
más cerca del lila, o azules brillantes, como el turquesa. Así como el azul
claro tiene un efecto relajante, el azul oscuro tienen un efecto contrario,
evoca tristeza. Así que no uses este color como principal. Si te gusta el azul,
escoge los tonos más claros.
Verde – Este color es el que más descansa los ojos.
Combinando la cualidad refrescante del azul y la alegría del amarillo, el verde
se adapta a cualquier habitación de la casa. En una cocina, un verde enfría las
cosas, en un comedor o salón familiar, alienta la relajación pero tiene
suficiente calor para promover la comodidad y la unión. En un dormitorio, es
relajante y placentero. Cuando se utiliza como color principal en la
decoración, tiene un efecto calmante. Se cree que tiene gran poder para
solucionar el estrés e incluso dicen que aumenta la fecundidad.
Púrpura – En sus valores más oscuros (berenjena, por
ejemplo), es rico, dramático y sofisticado. Está asociado con el lujo, así como
la creatividad. Como un color secundario, da al espacio profundidad. Las
versiones más claras de púrpura, como lavanda o lila, hacen que la habitación
sea propicias para descansar, sin el riesgo de sentir frío.
Naranja – El naranja evoca emoción, entusiasmo y energía. Si
bien no es una buena idea para un dormitorio o una sala de estar, es excelente
para una sala de ejercicios. En culturas antiguas el naranja se utilizaba para
curar los pulmones y aumentar los niveles de energía.
Colores neutrales – Estos colores son el negro, gris, blanco
y marrón, son fundamentales como herramienta en una decoración. Estos colores
entran y salen de moda todo el tiempo, pero su virtud radica en su
flexibilidad: añadir color para alegrar las cosas o para tranquilizar. El negro
es mejor utilizarlo en pequeñas dosis, como un acento, y por cierto, todos los
expertos sostienen que en una decoración siempre debe haber un toque de negro o
tierra para darle profundidad al esquema de color.
El techo representa una sexta parte del espacio en una habitación, pero muy a menudo, sólo recibe una capa de pintura blanca. De hecho, durante años, se ha considerado que el blanco era el mejor color para los techos. Pero también pueden usarse colores, solamente debe tenerse un detalle en cuenta: los techos claros se sienten superiores, mientras que los oscuros dan la sensación de bajar. Bajar no necesariamente tiene por que ser claustrofóbico; si la habitación tiene techos muy altos, pintarlos de color daría una sensación más acogedora. Los colores oscuros hacen que un lugar parezca más pequeño y los luminosos, dan efecto de amplitud y espacio.
Estas directrices generales, son un buen punto de partida en
la búsqueda de un color. Pero recuerda que la elección de colores es un asunto
personal. Tu eres quien tienes que vivir con el color de la pintura, así que
nadie mejor que tu sabe de tus necesidades y la de tu familia. En lo posible,
elige una pintura de buena calidad, para hacer una inversión a largo plazo.
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